27 enero, 2010

The Last Picture Show (1971)


SAM “THE LION”: No creerías cómo ha cambiado esta tierra. La primera vez que la vi no había ni una sombra. Ni un higo. Esta tierra era mía, ¿sabías? La primera vez que bebió mi caballo aquí... fue hace más de 40 años. Supongo que te traigo hasta aquí porque me pongo sentimental recordando viejos tiempos.
Los viejos tiempos... solía traer aquí a una jovencita a nadar... hace más de 20 años. Fue después de que mi mujer se volviera loca. Mis hijos habían muerto. Supongo que yo y esa chica estábamos bastante locos y muy enamorados. Veníamos aquí a caballo y nadábamos desnudos.
Un día quiso cruzar nadando a caballo al otro lado, era una locura, pero lo hicimos. Me apostó un dólar de plata a que me ganaba. Y me ganó. Mi caballo no quiso meterse en el agua. Siempre estaba buscando cosas para hacer como ésa. Alguna locura... supongo que todavía tendrá ese dólar de plata.

SONNY: ¿Qué fue de ella?

SAM “THE LION”: Creció. Entonces no era más que una niña.

SONNY:¿Por qué no te casaste con ella cuando murió tu mujer?

SAM “THE LION”: Ya estaba casada. Ella y su marido eran jóvenes y desgraciados... igual que muchas parejas jóvenes. Pensé que cambiarían con los años... pero no ha sido así.

SONNY: ¿Estar casado es así?

SAM “THE LION”: No siempre. Sólo el 80% del tiempo.
El año que viene iremos a pescar a una laguna de verdad. Pensar tanto en el pasado no sirve de nada. Si ella estuviera aquí, volvería a volverme loco por ella, igual que antes, en 5 minutos. ¿No es ridículo? Bueno, la verdad es que siempre está bien enloquecer por una mujer como esa. Ser un saco de huesos decrépito, eso sí que es ridículo.

26 enero, 2010

Policraticus

"Concerning actors and mimes, buffoons and harlots, panders and other like human monsters, which the prince ought rather to exterminate entirely than to foster, there needed no mention to be made in the law; which indeed not only excludes all such abominations from the court of the prince, but totally banishes them from among the people of God".


John of Salisbury.

22 enero, 2010

Sandor Ferenczi

"By no means, however, can I claim to have ever succeeded, even in a single case, in making it possible for the patient to rememberthe traumatic processes themselves…It is as though the trauma were surrounded by a retroactively amnesic sphere, as in the case of trauma after cerebral concussion…It is not quite clear…if it can be [incorporated] in the analysand’s mind as a conscious event, and therefore as a psychic event, which is capable of being remembered… In this case, many patients share in wanting to accept this as an ultimate solution: that a piece of their psychic personality, certain psychic qualities, like hope, love in general or in relation to certain things, had been so completely shattered by the shock that they must be regarded as incurable, or more accurately, as completely killed. Thus the healing of this part cannot be a restitutio in integrum, but merely a reconciliation to a deficiency. According to the feelings of the suffering people, a quantity and quality of love of an extraordinary kind, the most complete and perfect genital-moral-intellectual happiness, could revive even these dead fragments of the psyche; that is, even the physical and mental components of the personality could be regenerated to full functional capacity, no matter how badly they had been shattered. But such happiness is not to be had in reality… It is my hope that with tremendous patience and self-sacrifice on our part, after hundreds of instances of normal forbearance, sympathy, the renunciation of every authoritarian impulse, even acceptance of lessons or help from the patient, it will be possible to make the patient renounce that colossal wish-fulfillment and make do with what offers itself…I hope that, first for my sake indeed, but later for the sake of his own reason, he will be able to bring the dead ego-fragment back to life…

The Clinical Diary of Sandor Ferenczi. 22 March, 1932 p. 67-68)

16 enero, 2010

Speak Low

Speak low when you speak, love
Our summer day withers away too soon, too soon
Speak low when you speak, love
Our moment is swift, like ships adrift,
we're swept apart, too soon
Speak low, darling, speak low
Love is a spark, lost in the dark too soon, too soon
I feel wherever I go that tomorrow is near,
Tomorrow is here and always too soon
Time is so old and love so brief
Love is pure gold and time a thief
We're late, darling, we're late
The curtain descends,
Ev'rything ends too soon, too soon
I wait, darling, I wait
Will you speak low to me,
Speak love to me and soon

Kurt Weill / Ogden Nash

14 enero, 2010

Tell You Today

Hoy la mujer más bella me mandó esta canción por Youtube y me decía que quería decirme lo mismo que Arthur decía en esa canción. Esta me sonaba mucho, aunque hay posibilidades de que no la haya escuchado antes porque no está en ninguno de los discos de Arthur Russell que tengo. Es una canción magnífica. Parte con la voz de una corista que se suma a una línea de bajo y unos timbales y unas malas notas de unos bronces. La voz dice: "Tell you, tell you, tell you..." varias veces, suena sampleada. Luego los bronces se prenden medio desafinados mientras la base del comienzo continúa sonando. Es preocupante esto, nada pasa. De pronto a los 3 minutos aparecen unos silbidos, la monotonía regresa y luego es interrumpida por un piano que durante un minuto toca algo muy libre y luego la voz de la mujer regresa. Cuando ella calla todo hace sentido, unos acordes de piano restauran una armonía perdida que te hace saltar y querer bailar. La guitarra y el piano disco ya llegaron y de pronto son interrumpidos. La voz de Arthur Russell que canta: "Walking down your street / I knew it was my chance / Chance to lay new shoes on my feet / I thought that they could dance / Dance away / Makes me come alive, I remember / A look of sadness on your face / That was before / I want to tell you today".

Luego leí en un blog (You're a Ghost) una idea que me pareció interesante. Los críticos de música generalmente no saben bien qué decir cuando hablan de música para bailar, música cuyo primer y último fin es ese, bailar. Algo que se cumple en esta canción de Arthur Russell que, hay que decirlo, no tiene ninguna cualidad snob, arty o hipstera. Y bien, en el blog el tipo decía que tal vez esto se debía a que la canción tradicional es narrativa o a que es posible a partir de ella organizar una narración, situación muy tentadora para alguien que debe articular un discurso en torno a sus cualidades. Entonces, para referirse a la música bailable claramente uno debería hacer notar su estructura, su construcción y sus partes, descripción que se parecería a la suma de características de un edificio o una catedral. Vaya. Y yo que, junto con Sergio Coddou, creo que no debe haber distinción entre literatura y música, me veo en la obligación de reformular mi idea o replantearla históricamente en relación a la tradición de los aedos y de los trovadores, repensar. Porque estoy lejos de creer que lo que canta Arthur Russell en la mitad de la canción no es un poema, lo es.

Por otra parte, admiro profundamente una página que se llama Cassette From My Ex, un sitio increíble en la línea de crear micro memorias a partir del rescate de cintas de cassettes que alguien alguna vez grabó para una persona. Yo estaba muy desilusionado del tema, pensando que dedicar una canción o una colección de ellas podía ser de verdad una pérdida de tiempo, una ilusión donde toda la reflexión y corazón invertidos no terminaban significando mucho, pero esto cambió hace unos meses cuando una ex me dijo que todavía escuchaba un cd que le grabé por allá por el 2005 y que pensaba que si no estuviera ahí una canción de Patti Smith el disco sería perfecto. (¿Qué canciones tendrá ese disco?) Tal vez haya que creer en esto todavía.

Y pienso esto porque hoy me volaste la cabeza con una canción y con flashazos.

06 enero, 2010

Rainville


Rainville. Hardly ever did though, rain that is. It was nowhere. Railroad tracks ran up the back of the state like stitches. Telephone lines slashed the orange dawns like a wrecked ship’s rigging… And when it rained the whole town went mad. Dogs ran wild in the streets. Frank was squeezed between scrap iron places and radiator repair shops… Rainville, good place to dream yourself away from. When the trains thundered past the backyard fence, bound for Oxnard, Lompoc, Gila Bend, Stanfield and parts south where the wind blew big, Frank would count the cars and make a wish just like he did when he was a kid… At least something was getting out of town alive…
One moonlit night Frank packed up his accordion and said blow wind blow wherever you may go…Cause I’m going straight to the top… Up where the air is fresh and clean.

Gary, your little working boy

"The subsidiary theme in her correspondence is one urging me to come to Manhattan so that she and I may raise our banner of twin confusion in that center of mechanized horrors. If I’m ever really well I may make the trip. At the moment that little musky MInkoff minx is probably at some tunnel far beneath the streets of the Bronx speeding in a subway train from meeting to meeting on social protest to an orgy of folksinging or worse. Someday the authorities of our society will no doubt aprehend her for simply being herself."

De: John Kenedy Toole, A Confederacy of Dunces. p. 128