23 diciembre, 2012

Leonardo Sanhueza, Premio Pablo Neruda.

El 19 de diciembre fui a registrar el discurso y la lectura de poemas de mi amigo Leonardo Sanhueza en la Fundación Pablo Neruda, lamento no haber hecho una toma de la concurrencia, que incluía numerosos notables. 

 

11 diciembre, 2012

Prólogo para 'Abejas' de Sylvia Plath

Este texto es el prólogo que escribí para la edición que hizo la editorial Cuadro de Tiza para mi traducción de los poemas que componen el ciclo de las abejas de Sylvia Plath, los poemas originalmente destinados a cerrar su libro Ariel.



SOBRE EL CICLO DE LAS ABEJAS DE SYLVIA PLATH

A mediados de octubre de 1962, Sylvia Plath escribió a su madre una carta donde declaraba: “Soy una escritora… soy una escritora genial; está en mí lograrlo. Estoy escribiendo los mejores poemas de mi vida; los que me van a consagrar” –la traducción es mía, en el original inglés dice “they will make my name”. Éstos eran cinco poemas de distinta extensión que seguían un patrón de estrofas de cinco versos cada una, y fueron escritos entre el 3 y el 9 de octubre de 1962 bajo el título de Abejas.

En el orden que le dio a Ariel, poco antes de suicidarse, Sylvia Plath dejó estos poemas al final, para concluir su segundo libro, en un gesto que resignifica el sentido del texto. La importancia de estos poemas ha sido en parte ignorada, porque en las ediciones que conocemos de Ariel están instalados en la mitad, alterando el cierre que Plath le daba a su obra. Nueva conclusión que, como veremos, se opone a la imagen tradicionalmente transmitida de la poeta suicida: en lugar de poner énfasis en la muerte, lo hace en el proceso que va de la lucha, o incluso la venganza, a la esperanza.

Fue también en 1962, después del nacimiento de su hijo Nicholas, cuando Plath durante una entrevista con Peter Orr declaró que la partera de Devon (el pueblo inglés donde vivía) le había enseñado a cuidar abejas. La presencia de las abejas debió atraer la imagen de su padre, el entomólogo alemán Otto Plath, autor de un importante volumen sobre las colmenas y las abejas titulado Bumblebees and their ways. Personaje además recurrente en la imaginería de la obra poética de su hija, lo cual se constata con la lectura de poemas como “Lament” (juvenilia, sin fecha), “The beekeeper’s daughter” (1959) y “Daddy” (1962). En esa misma época, Plath se hacía cargo de los dos hijos de su recientemente desecho matrimonio con el poeta inglés Ted Hughes, por lo cual no es extraño que una de las lecturas que podemos realizar de esta secuencia de poemas tenga relación con el rol que le toca como mujer y como poeta en el ciclo natural.

En el primer poema titulado “La reunión”, la gente del pueblo se reúne para trasladar una colonia dentro de una colmena artificial. Es un ritual de iniciación en el cual la hablante no lleva ropa apropiada, es una extraña, una aprendiz ante la cual se suceden imágenes amenazantes que, pese a evocar hechos reales, por su carga paranoica parecen pertenecer a una dimensión simbólica de carácter ritual o litúrgico.

En el segundo poema, “La llegada de la colmena”, la caja llega a la casa de la hablante, quien constata el poder amenazante de la colmena y piensa en liberar a la colonia. Esta idea modifica la sensación ominosa y de vulnerabilidad de la hablante del primer poema, pues pasa a ocupar la posición del Dios que puede darles la libertad; posición vinculada, además, a la imagen de Pandora, capaz de liberar el mal encerrado en la caja. Aquí la colmena cumple tres roles: un símbolo de pureza amenazada desde adentro, una casa que carga con el ominoso zumbido de la colonia y con el horror; la colmena como el cuerpo de la hablante y las abejas como las palabras que buscan liberarse cuando el cuerpo sea abierto; y, finalmente, es también una caja, un ataúd para un enano o para un recién nacido cuya existencia amenaza la identidad de la hablante, la cual analoga su función de poeta con la imagen de la abeja reina, la reproductora encerrada en la colmena, que logra escapar y volar al final de “Aguijones”. Es la misma imagen femenina cuya presencia podemos constatar en otros poemas de Plath como “Lady Lazarus” (1962) o “Lioness” (1962).

En “Aguijones”, la hablante abre la caja para cosechar la miel acompañada de un hombre, un experto. Al verse liberadas las abejas atacan a un tercero, un hombre que es capaz de fecundar y que ha desaparecido como Cenicienta dejando una zapatilla aquí y otra allá. Finalmente, aparece la abeja reina, una terrible cicatriz en el cielo, la identidad de reina-poeta liberada de la maquinaria que la encierra, el mausoleo, la casa de cera, el hogar. En este poema, la relación de la hablante con la colectividad femenina es equívoca, pues está cruzada por imágenes de martirio, usurpación, venganza y afirmación. Al mismo tiempo, la hablante se identifica, alternativamente, con quien cuida a las abejas, el panal, las obreras y la reina. De hecho, afirma: “No soy una obrera”, pero, al mismo tiempo, no se pone por encima de éstas, pues sabe que ha sido una de ellas, tras “haber tragado polvo por años / Y haber secado platos con mi espesa cabellera”. Se trata de la misma relación que establece cuando afirma que está “de pie en una columna // De mujeres aladas, incapaces de un milagro” y se refiere a mujeres-obreras, cuya rareza e individualidad se ha sacrificado al estar al servicio de otros, la reina, el panal, los hijos, el hogar, la nación. Más aún, el ataque al personaje que cumple el rol de chivo expiatorio prueba que no se trata de seres serviles. Tras este sacrificio, sólo le resta recuperar la reina que lleva dentro de sí, con lo que el tema de “Aguijones” supera la idea de venganza, y pasa a ser el de la recuperación del yo y la autoafirmación.

En “El enjambre”, la imagen del enjambre en el cielo como una masa es comparada al avance de las tropas de Napoleón, un ejército que debe ser abatido. Una fuerza gobernada por un dictador de carácter imperialista, quien arrastra al enjambre a su aniquilación. Una figura que tiene mucho en común con el padre del poema “Daddy”, el nazi, el fascista, el centro de la familia. De hecho, en una de las primeras versiones de “El enjambre”, la hablante se refiere al dictador como “Mi Napoleón”, verso que establece la misma relación entre la hablante y la figura masculina que es posible vislumbrar en “Daddy”, donde señala: “Toda mujer ama a un fascista”.

La colmena siempre ha sido la metáfora de la polis griega, la sociedad perfectamente jerarquizada, la colectividad productiva por antonomasia, en la cual cada uno cumple un rol. Y es ahí, en la base de esta sociedad autoritaria, donde Plath plantea la reflexión sobre el poder y el rol de la mujer, el rol de ella misma como poeta, madre y mujer.

En el quinto poema, “Invernando”, la figura autoritaria desaparece tal como son eliminados los zánganos de la colmena, expulsión que es celebrada. La colmena y la hablante hallan espacio para adecuarse a los ritmos fijados por la naturaleza, compartiendo la hibernación con las abejas pues, como ellas, tiene reservas para resistir durante el invierno, la espera forzada: “Tengo mi miel, / Seis frascos, / Seis ojos de gato en la bodega de vinos”.

En este poema, las abejas, amenazadas por el desastre total al que las dirigía el dictador de “El enjambre”, se convierten en sobrevivientes por su capacidad para adecuarse a las circunstancias y esperar la próxima estación. La certeza de la alternancia de las estaciones crea la esperanza y, al mismo tiempo, la seguridad de que sobrevivirá al invierno. Así termina la secuencia de las abejas, y también Ariel en la ordenación final de Sylvia Plath; un orden creado por una poeta que se recuperó a sí misma.

Rodrigo Olavarría, 2009.

07 diciembre, 2012

"El Movimiento Moderno" de Cyril Connolly

En 1965 Cyril Connolly publicó "El Movimiento Moderno", en este libro explica su interés en Flaubert y Baudelaire como fundadores de un movimiento en literatura que vería la luz en 1865 con la publicación de Madame Bovary y Las Flores del Mal; y luego las características de un movimiento al que no atribuye más unidad que el de constituir una reacción contra el arte burgués, una mezcla de la herencia de la Ilustración, con la lucidez, ironía, escepticismo y la sensibilidad romántica. Los padres de esta sensibilidad serían Whitman, Melville y Ruskin, todos nacidos en 1819.
Lamentablemente el mismo Connolly mientras hacía su lista dijo que no podía incluir escritores cuya lengua desconocía y cuyas obras había leído solamente en traducciones, por buenas que fueran estas. Así fue como dejó fuera a Dostoievski, Chéjov, Mann, Musil, Svevo y tantos otros, pero elabora esta lista de cien obras modernas del movimiento moderno en Inglaterra, Francia y los EEUU y la divide en seis periodos:

LA ERA HEROICA (1880-1890)

1880 Gustav Flaubert - Bouvard et Pecuchet
1881 Henry James - Portrait of a Lady
1883 Villiers De L'Isle-Adam - Contes Cruels
1884 J.K. Huysmans - A Rebours
1885 Guy de Maupassant - Bel Ami
1886 Arthur Rimbaud - Les Illuminations
1887 Charles Baudelaire - Oeuvres Posthumes
1887 Stephane Mallarme - Poesies
1887 Edmond & Jules de Goncourt - Journal (1887-96)
1891 J.K. Huysmans - La-Bas
1896 Alfred Jarry - Ubu Roi
1899 Henry James - The Awkward Age

LA PAX BRITÁNICA

1902 Andre Gide - The Immoralist
1902 Joseph Conrad - Youth
1903 Henry James - The Ambassadors
1906 George Moore - Memoirs of My Dead Life
1907 Joseph Conrad - The Secret Agent
1907 J.M. Synge - The Playboy of the Western World
1907 E.M. Forster - The Longest Journey
1911 Norman Douglas - Siren Land
1913 D.H. Lawrence - Sons and Lovers
1913 Guillaume Apollinaire - Alcools
1913 Marcel Proust - Du Cote de Chez Swann
1914 W.B. Yeats - Responsibilities

1914-1918

1914 Thomas Hardy - Satires of Circumstance
1915 Ford Madox Ford - The Good Soldier
1916 Ezra Pound - Lustra
1916 James Joyce - Portrait of the Artist as a Young Man
1917 Norman Douglas - South Wind
1917 T.S. Eliot - Prufrock and Other Observations
1917 Paul Valery - Le Jeune Parque
1918 Percy Wyndham Lewis - Tarr
1918 Guillaume Apollinaire - Calligrammes
1918 Gerard Manley Hopkins - Poems
1918 Arthur Waley - One Hundred and Seventy Chinese Poems
1918 Lytton Strachey - Eminent Victorians
1920 Ezra Pound - Mauberley
1920 Wolfred Owen - Poems

LOS AÑOS VEINTE

1921 D.H. Lawrence - Sea and Sardinia
1921 Aldous Huxley - Crome Yellow
1922 Katherine Mansfield - The Garden Party
1922 W.B. Yeats - Later Poems
1922 James Joyce - Ulysses
1922 T.S. Eliot - The Waste Land
1922 Paul Valery - Charmes
1923 Raymond Radiquet - Le Diable au Corps
1923 Ronald Firbank - The Flower Beneath the Foot
1923 Wallace Stevens - Harmonium
1923 E.E. Cummings - Tulips and Chimneys
1924 E.M. Forster - A Passage to India
1924 Ernest Hemingway - In Our Time
1925 F. Scott Fitzgerald - The Great Gatsby
1926 B.E. Cummings - Is 5
1926 Ernest Hemingway - The Sun Also Rises
1926 Andre Gide - Si le Grain Ne Meurt
1926 William Plomer - Turbott Wolfe
1926 W. Somerset Maugham - The Casuarina Tree
1927 Virginia Woolf - To the Lighthouse
1928 Andre Breton - Nadja
1928 W.B. Yeats - The Tower
1928 D.H. Lawrence - Lady Chatterley's Lover
1928 Evelyn Waugh - Decline and Fall
1929 W.B. Yeats - The Winding Stair
1929 Henry Green - Living
1929 Ernest Hemingway - A Farewell to Arms
1929 Robert Graves - Goodbye to All That
1929 Jean Cocteau - Les Enfants Terribles
1929 Ivy Compton-Burnett - Brothers and Sisters
1929 T.S. Eliot - Ash Wednesday
1930 Hart Crane - The Bridge
1930 Ezra Pound - Thirty Cantos
1930 Edith Sitwell - Collected Poems

LOS AÑOS TREINTA

1931 Antoine de Saint-Exupery - Vol de Nuit
1931 William Faulkner - Sanctuary
1931 Virginia Woolf - The Waves
1931 Edmund Wilson - Axel's Castle
1932 T.S. Eliot - Selected Essays
1932 W.H. Auden - The Orators
1932 Luis-Ferdinand Celine - Voyage au Bout de la Nuit
1932 Aldous Huxley - Brave New World
1933 Nathanael West - Miss Lonelyhearts
1933 Andre Malraux - La Condition Humaine
1934 Dylan Thomas - Eighteen Poems
1934 F. Scott Fitzgerald - Tender Is the Night
1934 Henry James - The Art of the Novel
1935 Marianne Moore - Selected Poems
1936 Dylan Thomas - Twenty-Five Poems
1936 Henri de Montherlant - Les Jeunes Filles (1936-39)
1936 Henri Michaux - Voyage en Grande Garabagne
1938 Jean-Paul Sartre - La Nausee
1939 Louis MacNeice - Autumn Journal
1939 Christopher Isherwood - Goodbye to Berlin
1939 James Joyce - Finnegans Wake
1940 Graham Greene - The Power and the Glory

LOS AÑOS CUARENTA

1940 Arthur Koestler - Darkness at Noon
1940 W.H. Auden - Another Time
1941 Henri Michaux - Au Pays de la Magie
1941 Albert Camus - L'Etranger
1942 Stephen Spender - Ruins and Visions
1943 T.S. Eliot - Four Quartets (1943-44)
1945 George Orwell - Animal Farm
1946 Dylan Thomas - Deaths and Entrances
1946 William Carlos Williams - Patterson (1946-51)
1947 Albert Camus - La Peste
1948 John Betjeman - Selected Poems
1948 Ezra Pound - The Pisan Cantos
1949 George Orwell - 1984

05 diciembre, 2012

Vladimir Maiakovski en La Habana

En 1925, Vladimir Maiakovski cuando se dirigía a México y a Estados Unidos, hizo una brevísima escala en la capital cubana, este es un pequeño fragmento de sus impresiones.

 

Al regresar no podía encontrar el camino. Recordé la calle por un cartelito esmaltado con la inscripción Tráfico. Por lo visto, el nombre de la calle era claro, pero recién después de un mes supe que esta palabra puesta en millares de calle significaba la dirección del tránsito. Antes de partir al barco corrí en busca de periódicos. En la plaza me retuvo un mendigo. Al principio no pude comprender si me pedía ayuda, pero el rotoso me miró extrañado y me dijo: 

- “Do you speak English? – ¿Habla Español? - ¿Parlez-vous Français ?”. 

Contesté al fin, tartamudeando en una mezcla de idiomas. 

- “Y am Russian”. 

Fue una actitud impensada, el mendigo me tomó con las dos manos del brazo y empezó a gritar. - “¡Hurra! ¡Hurra! Y am bolchevique. Yo soy bolcehevique. Je suis bolchevique. ¡Hip Hip Hurra!”. 

Yo desaparecí bajo la mirada alarmada y asombrada de la multitud mientras el mendigo me seguía dando vítores. 

El barco partió con el himno de los mexicanos. ¡Cómo adorna el himno a la gente! Hasta los comerciantes más burgueses se ponían serios y saltaban inspirados gritando algo así como: 

“Esta listo el mexicano, 
para subir a tu caballo…” 

A la hora de la cena sirvieron comidas desconocidas para mí. Unos cocos verdes con manteca vegetal, algo así como unas paltas y una fruta llamada mango, una caricatura de la banana con un trozo grande y peludo. De noche todos miraban con envidia el punteado de las luces de la costa, los faroles lejanos de la vía ferroviaria de Florida. 

En las columnas de hierro de la tercera clase, en las que atan los cables, me senté junto a una dactilógrafa que emigraba desde Odessa. La muchacha me hablaba llorando. - “Me dejaron sin trabajo, pasé hambre, mi hermana también perdió su trabajo. Un primo mío nos llamó desde América, dijo que fuéramos. Partimos y ya hace un año que viajamos de ciudad en ciudad. Mi hermana anda con angina de pecho y tiene un absceso. Llamé al doctor de la tercera clase y no quiso venir a verla”. “Nos obligó a ir al consultorio. Nos hizo desvestir. Sentado junto a otro sujeto que se reía. Nos quisimos bajar en La Habana para que trataran a mi hermana, pero nos rechazaron con un golpe en el pecho. Nos dolió mucho esa actitud. Lo mismo ya nos había pasado en Estambul y en Alejandría. Somos tres. Nunca en Odessa pasamos estas penurias. Tenemos que esperar dos años para pasar de México a los Estados Unidos… ¡Qué feliz debe ser usted! Estará dentro de seis meses en Rusia, después de viajar por el mundo y verá la madre patria nuevamente.”

Aquí hay dos artículos muy recomendables sobre el viaje de Maikavoski, uno en Cuba Encuentro y el otro en La Jiribilla.