30 abril, 2013

Un poema de John Wheelwright


FAMILIAR

para James Laughlin IV

Oh, dorado palacio estatal de Boston; ¡oh, reluciente cabello irlandés!
Vi a Lady Bountiful dando un paseo bajo la clara luz del sol.
Una chica atractiva, si no tuviera labios en lugar de párpados.
Pensé haber visto a dos personas distintas, y me confundí.
Verás, esto fue lo que pasó... Lady Bountiful iba modesta, incluso elegantemente
vestida en dos dimensiones, pero la sombra de Lady Bountiful
tenía tres dimensiones, y se arrastraba detrás de ella como
el hedor de los eructos de un carterista de sirvientas galesas.

John Wheelwright

07 abril, 2013

Carta de apoyo a Daniel Rojas Pachas


Ilustre Municipalidad de Arica
Alcalde Sr. Salvador Urrutia Cárdenas
Secretario Alcaldía Sr. Yuri Martínez González
Concejal Andrés Peralta Matinic

Escribo la presente como autor de la traducción de la obra por la cual está siendo acusado el escritor, académico, editor y difusor de la literatura del norte, Daniel Rojas Pachas. Tanto el concejal Andrés Peralta como la encargada de cultura de la municipalidad de Arica, Ana Montiglio, han hecho afirmaciones relativas al poema Aullido, del norteamericano Allen Ginsberg, que denotan la más completa ignorancia con respecto del fenómeno literario y sobre la historia detrás de una de las obras literarias más importantes del siglo XX.

En primer lugar, Andrés Peralta llama a Rojas Pachas un depravado por distribuir material de “el autor Allen Ginsberg, que en su época fue vetado y expulsado de Estados Unidos por el alto contenido sexual de sus libros y que hoy de la manera más pervertida fue entregado a 40 niños ariqueños”. Estas afirmaciones son falsas, Ginsberg jamás fue vetado o expulsado de los EEUU y su libro no fue entregado a 40 niños, Rojas Pachas señala que sólo un ejemplar del poema de Ginsberg llegó a manos de un niño y esto solamente porque la oficina de Cultura de la Municipalidad de Arica decidió abrir los rangos de edades de participación a la actividad donde esto ocurrió. Estas acusaciones no pasarían de ser una anécdota si es que Peralta no contase con el apoyo de Ana Montiglio, encargada de cultura que afirma que “Allen Ginsberg no debiera ser leído por nadie”.

Aullido, publicado en San Francisco en 1956, fue confiscado en 1957 por el encargado de aduanas Chester McPhee, quien declaró que: “las palabras y el sentido son obscenos” y “no le gustaría que sus niños lo leyeran”. Esta acción, unilateral y realizada con la sola autoridad de McPhee, fue contestada por la ACLU, la Unión de Libertades Civiles Americana y derrotada en un juicio realizado entre Julio y Octubre de 1957, cuyo veredicto declaró a Aullidouna obra de redentora importancia social y en ningún caso obscena”. Con el tiempo esta obra le valió a Ginsberg ser merecedor de la medalla de oro del National Arts Club y ser nombrado miembro de la American Academy and Institute of Arts and Letters, el equivalente de la Academia Chilena de la Lengua o a la Real Academia Española.

De similares persecuciones legales fueron objeto Madame Bovary de Gustave Flaubert, Las Flores del Mal de Charles Baudelaire y Ulises de James Joyce, obras que hoy consideramos pilares de nuestra cultura. En este caso, lo que debe haber molestado al concejal Peralta es la sexualidad de Allen Ginsberg y las numerosas alusiones que hace a las prácticas homosexuales en el texto, situación que podríamos llamar discriminatoria. Me pregunto si el concejal considera igual de obscena la obra de Hernán Rivera Letelier por aludir constantemente a la prostitución y si planea realizar acciones legales en contra de los numerosos liceos y colegios que exigen su lectura.

No puedo discutir los hechos tal como sucedieron en el taller de editoriales cartoneras realizado por el profesor Rojas Pachas, en ese respecto me basta su testimonio y el hecho de que la madre del niño o preadolescente que recibió el texto de Aullido, aceptó las disculpas del caso. Ahora, desde mi posición de traductor de esta obra al castellano, puedo afirmar que se trata de una obra que expresa con franqueza el espíritu de la generación que siguió a la segunda posguerra, una obra que habla con dulzura sobre quienes son discriminados por la oficialidad y un canto a la memoria de los amigos desaparecidos, jamás una obra obscena.

En octubre del 2010 fui invitado a Arica junto a los poetas Camilo Brodsky y Víctor Quezada por el Consejo de la Cultura y las Artes de la Región de Arica y Parinacota para exponer en un diálogo sobre el libro y la lectura realizado en la Universidad Santo Tomás, conocí a los autores de la zona, presencié cómo Daniel Rojas Pachas impulsaba la difusión de la literatura nortina en la capital y el sur de Chile, vi cómo trabaja tendiendo lazos entre autores de Chile, Perú y Bolivia y conocí a su hermosa familia, a Milvia, su esposa y a Blue, su pequeña hija. Por tanto, puedo avalar la profesionalidad, integridad y valores del profesor Daniel Rojas Pachas, una persona que ha hecho más por Arica y su cultura de lo que cualquiera haya hecho antes, una persona cuyo trabajo debiera ser destacado y no puesto en tela de juicio.

Atentamente.
Rodrigo Andrés Olavarría Lavín