"Aullido", el mítico poema que este año cumple medio siglo, fue traducido por un poeta chileno, Rodrigo Olavarría, que a los 14 años fue cautivado por la literatura anglosajona y el espíritu rebelde que caracterizó a la generación beat. Su versión del poemario es la editada recientemente por Anagrama en el aniversario.
Publica El Mercurio, Mayo, 2006
Por Álvaro Matus
El árbol genealógico de los beat, ese grupo de muchachos revoltosos que escribían al ritmo afiebrado de las anfetaminas y del jazz envolvente de Charlie Parker, ha extendido sus raíces hasta lugares insospechados. Los hippies, los punks, los raperos. Todo lo que tenga un toque de disidencia, aventura y excesos huele a beat, a Kerouac, a Burroughs, a Cassady, a Corso pero, sobre todo, huele a Ginsberg.
"Aullido", un extenso poema que es todo vísceras y desparpajo, se sigue leyendo como una crítica furibunda al american way of life. "Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas", dice el primer verso de este poema que ha nutrido también la obra de autores nacionales como Bolaño, Lira y Bertoni.
Más al sur, en Puerto Montt, las raíces del árbol beatnik alcanzaron a un inquieto muchacho que comenzó a leer, tanto para acelerar las tardes de verano como para mejorar su inglés, la novela “On the road” (En el camino) de Jack Kerouac. "Me volví loco, no hallaba qué hacer, sonreía leyéndolo, qué felicidad", recuerda Rodrigo Olavarría, que ya no tiene 14 años, claro, sino 25.