"Hay en mí, literariamente hablando, dos hombrecillos diferentes: uno entusiasta de la verba, el lirismo, de los grandes vuelos de águila, de todas las sonoridades de la frase y las alturas de la idea; otro que cava y ahonda la realidad en medida de sus posibilidades; que gusta consignar los hechos pequeños con tanto relieve como los grandes; que quisiera hacer sentir casi materialmente lo que reproduce; a éste le gusta reír y complacerse en la animalidad del hombre. “La educación sentimental” fue, a mi pesar, un esfuerzo de fusión entre esas dos tendencias de mi espíritu (más fácil hubiera sido ser humano en un libro y lírico en otro). Fracasé."
— Gustave Flaubert, (Carta a Louise Colet del 16 de enero, 1852.)