30 noviembre, 2009

Boris Pasternak


Absorta en el crepitar de los disparos
que allá a lo lejos revivían,
hacías vacilar las luces a distancia
como si la calle girase en torno a tu mano.

Y en el extravío de los copos festivos
el mismo gesto, orgulloso, evasivo.
Como un artista atormentado por la duda
huyes de las solemnidades.

Como un poeta, consumida la llama del pensamiento,
caminas para olvidar,
y no sólo rehuyes las sumas tentadoras,
sino que de todo lo mezquino por igual abominas.

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