Este poema fue tomado del libro Selected Poems: Summer Knowledge, publicado por New Directions en 1967.
Baudelaire
Cuando me quedo dormido e incluso durante el
sueño,
Escucho, muy claramente, voces que hablan
Frases enteras, trivialidades y lugares comunes
Sin ninguna relación con mis asuntos.
Querida Madre, ¿nos queda tiempo
Para ser felices? Mis deudas son inmensas.
Mi cuenta bancaria está sujeta al juicio de la
corte.
No sé nada. No puedo saber nada.
He perdido la capacidad de esforzarme.
Pero hoy como antes mi amor por ti crece.
Siempre estás armada para apedrearme, siempre:
Es cierto. Desde mi infancia.
Por primera vez en mi larga vida
Estoy casi feliz. El libro, casi terminado,
Casi me parece bueno. Permanecerá, un monumento
A mis obsesiones, mi odio, mi asco.
Deudas e inquietudes persisten y me debilitan.
Satanás planea sobre mí, dulcemente susurrando:
"¡Descansa por un día! Hoy puedes descansar y
jugar.
Mañana vas a trabajar". Cuando llega la
noche,
Mi mente aterrorizada por las deudas,
Aburrida por la tristeza, paralizada por la
impotencia,
Promete: "Mañana: Lo haré mañana".
Mañana se repetirá la misma comedia
Con el mismo final, la misma debilidad.
Estoy cansado de esta vida de habitaciones
amobladas.
Estoy cansado de mis resfríos y mis jaquecas:
Tú conoces mi extraña vida. Cada día trae consigo
Una cuota de ira. Sabes poco
De la vida de un poeta, querida Madre: Debo
escribir poemas,
La más cansadora de las ocupaciones.
Estoy triste esta mañana. No me retes.
Te escribo desde un café cerca del correo,
Entre los ruidos de las bolas de billar y los
platos,
El golpeteo de mi corazón. Me pidieron que escriba
"Una historia de la Caricatura". Me
pidieron que escriba
"Una Historia de la Escultura".
¿Escribiré la historia
De las caricaturas de las esculturas de ti en mi
corazón?
Aunque sea para ti una agonía incalculable,
Aunque creas que no es necesario
Y dudes de la precisión de la suma, por favor,
Mándame dinero suficiente para por lo menos tres
semanas.
***
Baudelaire
When
I fall asleep, and even during sleep,
I
hear, quite distinctly, voices speaking
Whole
phrases, commonplace and trivial,
Having
no relation to my affairs.
Dear
Mother, is any time left to us
In
which to be happy? My debts are immense.
My
bank account is subject to the court’s judgment.
I
know nothing. I cannot know anything.
I
have lost the ability to make an effort.
But
now as before my love for you increases.
You
are always armed to stone me, always:
It
is true. It dates from childhood.
For
the first time in my long life
I
am almost happy. The book, almost finished,
Almost
seems good. It will endure, a monument
To
my obsessions, my hatred, my disgust.
Debts
and inquietude persist and weaken me.
Satan
glides before me, saying sweetly:
“Rest
for a day! You can rest and play today.
Tonight
you will work.” When night comes,
My
mind, terrified by the arrears,
Bored
by sadness, paralyzed by impotence,
Promises:
“Tomorrow: I will tomorrow.”
Tomorrow
the same comedy enacts itself
With
the same resolution, the same weakness.
I
am sick of this life of furnished rooms.
I
am sick of having colds and headaches:
You
know my strange life. Every day brings
Its
quota of wrath. You little know
A
poet’s life, dear Mother: I must write poems,
The
most fatiguing of occupations.
I
am sad this morning. Do not reproach me.
I
write from a café near the post office,
Amid
the click of billiard balls, the clatter of dishes,
The
pounding of my heart. I have been asked to write
“A
History of Caricature.” I have been asked to write
“A
History of Sculpture.” Shall I write a history
Of
the caricatures of the sculptures of you in my heart?
Although
it costs you countless agony,
Although
you cannot believe it necessary,
And
doubt that the sum is accurate,
Please
send me money enough for at least three weeks.
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