22 septiembre, 2006

Not fade away

El 3 de febrero de 1959 un avión cayó en algún lugar de Minessotta, en ese avión viajaban The Big Bopper, Richie Valens y Buddy Holly después de un concierto.

El vuelo lo había pagado Buddy Holly para él y su banda, pero estos les cedieron el puesto al Big Bopper y a Richie Valens que estaban resfriados. Uno de estos afortunados fue Waylon Jennings, el bajista de Buddy, que años más tarde haría fortuna como cantante country.

El avión estuvo 20 minutos en el aire según consta, después cayó al suelo, se partió en la mitad y se arrastró por 400 metros hasta que se detuvo al chocar con un cerco. Las parte delantera estaba separada por más de 200 metros de la trasera, en la distancia que mediaba entre las dos estaban los cuerpos de Buddy Holly, Richie Valens y el Big Bopper. Según un reporte la cabeza de Buddy estaba abierta y le faltaba al menos un tercio de la masa encefálica.

Buddy Holly compuso canciones geniales e imposibles de comparar con las de ninguno de sus pares, "That'll be the day", "Everyday", "Peggy Sue", "Rave on", "Not fade away" y podría seguir mucho rato nombrándolas así de memoria. Buddy tenía 22 años cuando murió, Richie Valens tenía apenas 17. Y si alguien pregunta indignado ¿Quién carajos es Richie Valens?, pues bien, él fue el primer rocker latino, se llamaba Ricardo Valenzuela y es el autor de "Donna", "Come on let's go" y de la actualización de "La Bamba".

En homenaje a Buddy Holly, el 3 de febrero de 1959 ha sido llamado "El día que la música murió", Eddie Cochran (otro joven martir) escribió "Three Stars" que le lleva una pequeña recitación en que recuerda a los tres finados y Don McClean compuso la elegíaca "American Pie", donde aparecen unos jóvenes borrachos con whisky que cantan "That'll be the day that I die, that'll be the day that I die..."

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