R: Por favor, deja de llorar.
C: (grita)
R: ¿Qué puedo hacer para que dejes de llorar?
C: (llora aún más fuerte)
R: ¿Te cuento algo? Creo que me dieron ganas de comer un helado.
C: No.
R: ¿Puedo comer un helado?
C: No.
R: ¿Por favor?
C: No.
R: ¿Uno sólo, pequeñito?
C: No. Tú, no.
R: ¿Y tú?
C: Si.
R: Pero comamos helado los dos, ¿te parece?
C: No. (pausa) Tú, no.
(quince minutos después, frente a los congeladores)
C: Drodi, cómete un helado.
R: ¿Puedo?
C. Si, ese.
R: ¿Cuál, el Cobra?
C: No, el de sepiente no. El de centella.
R: Ah ya, gracias.
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